Imagínate la situación… entras en una sala en la que te encuentras una mesa de madera pegada al suelo, con un tubo de plástico transparente de unos 30 centímetros colocado en vertical sobre la mitad de la mesa y pegado a ella, y un cacahuete en el fondo de ese tubo. Además, hay otra pequeña mesa en una esquina de esa sala con un pequeño aperitivo de fruta y un poco de agua por si necesitas reponer fuerzas después de tanto pensar por el reto que te vamos a plantear.
¿Serías capaz de sacar ese cacahuete del fondo del tubo? ¿Cómo lo harías? ¿Qué plan seguirías para conseguirlo? Si después de muchos intentos, y de darle vueltas y más vueltas a la posible solución no consigues tu objetivo, entonces, resígnate… un mono es más creativo que tú.
Pincha aquí y descubre cómo un mono es capaz de hacerlo de una forma muy muy sencilla. Te daremos una pista… piensa fuera de la caja, es sólo cuestión de pensamiento lateral ;)
miércoles, 11 de noviembre de 2015
viernes, 22 de mayo de 2015
Que lo sepas... Tu mente te engaña
Si todavía no te has enterado… tu mente te engaña. Así de claro y así de duro. Lo ves, lo que escuchas, lo que sientes… es mentira. Sé que puede sonar un poco raro, pero es verdad. Tu mente te engaña. Y si no te lo crees, ¿te parece que hagamos un pequeño juego para comprobarlo?
¿Serías capaz de decir cuál de los dos círculos interiores es más grade, el derecho o el izquierdo?
Muy probablemente hayas elegido el círculo izquierdo, sin embargo, ambos círculos interiores son del mismo tamaño. Sí, sí, idénticos. Clavaditos. Ejemplos como éste vienen a demostrarnos que nuestra percepción o visión de un problema o una situación puede estar sesgada por multitud de elementos inconscientes (experiencias previas, estados de ánimo, educación recibida, valores, etc.), imposibles de controlar o aislar, y que irremediablemente forman parte de nosotros mismos.
Entonces, ¿qué podemos hacer para corregir esta situación? Muy sencillo, lo primero ser conscientes de que podemos tener esos sesgos a la hora de interpretar o valorar situaciones, problemas, soluciones, etc. y reconocer que esas limitaciones existen y las tenemos. Eso nos permitirá dar el salto al segundo paso, cuestionarnos siempre lo que hacemos y cómo lo hacemos, lo que vemos y cómo lo vemos, lo que creemos y por qué lo creemos…
La clave está por tanto en tener una visión crítica de nosotros mismos, de nuestras opiniones, de nuestra vida y de lo que sucede a nuestro alrededor, porque la forma que tenga nuestra mente de percibir la realidad influye de forma determinante en la solución final que demos a nuestros problemas.
¿Serías capaz de decir cuál de los dos círculos interiores es más grade, el derecho o el izquierdo?
Muy probablemente hayas elegido el círculo izquierdo, sin embargo, ambos círculos interiores son del mismo tamaño. Sí, sí, idénticos. Clavaditos. Ejemplos como éste vienen a demostrarnos que nuestra percepción o visión de un problema o una situación puede estar sesgada por multitud de elementos inconscientes (experiencias previas, estados de ánimo, educación recibida, valores, etc.), imposibles de controlar o aislar, y que irremediablemente forman parte de nosotros mismos.
Entonces, ¿qué podemos hacer para corregir esta situación? Muy sencillo, lo primero ser conscientes de que podemos tener esos sesgos a la hora de interpretar o valorar situaciones, problemas, soluciones, etc. y reconocer que esas limitaciones existen y las tenemos. Eso nos permitirá dar el salto al segundo paso, cuestionarnos siempre lo que hacemos y cómo lo hacemos, lo que vemos y cómo lo vemos, lo que creemos y por qué lo creemos…
La clave está por tanto en tener una visión crítica de nosotros mismos, de nuestras opiniones, de nuestra vida y de lo que sucede a nuestro alrededor, porque la forma que tenga nuestra mente de percibir la realidad influye de forma determinante en la solución final que demos a nuestros problemas.
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