Seguro que todos nosotros, en muchas ocasiones, paseando por la calle, viendo la televisión, leyendo un libro, o yendo en autobús, se nos han ocurrido interesantes ideas o hemos tenido momentos puntuales de inspiración. Sin embargo, al cabo de un rato, esas brillantes ideas desgraciadamente se nos olvidan. Nuestra memoria no logra recordar aquello que en aquel momento estábamos pensando. La solución perfecta para no desperdiciar ninguna de esas ideas es fácil y está en nuestra mano: llevar siempre con nosotros una pequeña libreta de bolsillo.
Dicen que el mismísimo Leonardo Da Vinci siempre llevaba consigo papeles dónde poder apuntar problemas, soluciones, alternativas, datos, intuiciones… y todo aquello que le sorprendía o que pensaba que más tarde o más temprano podría servirle para alguna de sus creaciones.
Nosotros también podemos hacer algo parecido a nuestra manera. Da igual cómo expresemos nuestras ideas, con dibujos, textos, esquemas, colores… pero no dejemos de hacerlo. Podemos organizarlas por temas, objetivos, personas, lugares, y también creando una categoría de cajón desastre. Además, releerlas posteriormente incluso en un contexto totalmente distinto, es positivo porque probablemente despertarán a su vez otras nuevas ideas.
Por tanto, si estáis buscando un regalo práctico y sencillo en estas Navidades para alguien especial, yo os propongo regalarle una bonita libreta de ideas.
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