Cada uno de los seis sombreros de colores de los que habla de Bono representa una manera de pensar, digamos que un papel definido. El objetivo de esta técnica es enfocar y concretar nuestro pensamiento en una dirección, dirigiendo nuestra atención a seis aspectos diferentes de un asunto.
Éstas serían las diferentes formas de pensamiento que representan los distintos sombreros:
- Blanco: hechos, cifras, información objetiva.
- Rojo: emociones y sensaciones, sentimientos.
- Negro: lógico-negativo.
- Amarillo: positivo, constructivo.
- Verde: creatividad, ideas nuevas.
- Azul: control de los demás sombreros y pasos para pensar.
En la práctica, nos referimos a los sombreros siempre por sus colores, nunca por sus funciones. La razón es muy sencilla, en una reunión de equipo en la que utilicemos esta técnica es más fácil y menos violento pedirle a alguien que “se quite por un momento el sombrero negro” que pedirle que deje de ser tan negativo. Así, los sombreros nos “permiten” pensar y decir cosas que, de otro modo, no podríamos pensar ni decir sin el miedo al error o al ridículo.
Además, nos permite adoptar distintos puntos de vista de un problema o una situación y ser flexibles, ya que requiere que todos los pensadores sean capaces de utilizar cada uno de los sombreros en vez de quedarse cerrados en sólo un tipo de pensamiento. De esta forma, evitamos los argumentos simples en pro y en contra, y permite a los participantes colaborar en una exploración constructiva, haciendo las reuniones mucho más productivas.
Próximamente iremos analizando cómo trabajar con cada uno de los sombreros para ver de qué forma podemos sacarle el máximo partido a esta técnica en nuestras reuniones y dinámicas de grupo.
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